FILOSOFÍA DE GESTIÓN
Misión
Por otro lado el segundo concepto: la misión es considerado por Philip Kotler y Gary Armstrong (Marketing, 2004) como “un importante elemento de la planificación estratégica” porque es a partir de ésta que se formulan objetivos detallados que son los que guiarán a la empresa u organización. Por su parte O. C. Ferrel y Geoffrey Hirt, autores del libro “Introducción a los Negocios en un Mundo Cambiante” (McGraw Hill, 2004), la misión de una organización “es su propósito general”. Responde a la pregunta ¿qué se supone que hace la organización?”; podría considerarse también que la misión “enuncia a que clientes sirve, que necesidades satisface y qué tipos de productos ofrece. Por su parte, una declaración de misión indica, en términos generales, los límites de las actividades de la organización” (2). Es importante considerar que en la actualidad, las empresas que se atienen al concepto de marketing, expresan su misión con base en el cliente, de modo que refleje las necesidades que intentan satisfacer y los beneficios que proveen.
La misión de la empresa sirve como fundamento para todas las decisiones importantes que toma el equipo gerencial. Su definición comprende los siguientes grandes elementos:
- Nuestro concepto como empresa.
- Nuestra naturaleza.
- Nuestra razón de existir.
- Nuestros clientes potenciales.
- Nuestros principios y valores.
Así, la misión proporciona una guía consistente en la toma de decisiones importantes por parte de la gerencia. La misión inspira y motiva a todo aquel que tenga un profundo interés en el futuro de la institución o empresa. La estrategia señala la dirección en la que debe desplazarse la institución o empresa, su fuerza motriz y otros factores que ayudarán a determinar qué productos y servicios futuros deben tenerse y qué mercados muestran mayores potenciales.
Visión
la Visión, tal como lo define Fleitman Jack en su obra “Negocios Exitosos” (McGraw Hill, 2000) viene a ser “el camino al cual se dirige la empresa a largo plazo y sirve de rumbo y aliciente para orientar las decisiones estratégicas de crecimiento junto a las de competitividad”; el simple hecho de establecer con claridad lo que está haciendo el día de hoy no dice nada del futuro de la compañía, ni incorpora el sentido de un cambio necesario y de una dirección a largo plazo. Hay un imperativo administrativo todavía mayor, el de considerar qué deberá hacer la compañía para satisfacer las necesidades de sus clientes el día de mañana y cómo deberá evolucionar la configuración de negocios para que pueda crecer y prosperar. Por consiguiente, los administradores están obligados a ver más allá del negocio actual y pensar estratégicamente en el impacto de las nuevas tecnologías, de las necesidades y expectativas cambiantes de los clientes, de la aparición de nuevas condiciones del mercado y competitivas, etc. Deben hacer algunas consideraciones fundamentales acerca de hacia dónde quieren llevar a la compañía y desarrollar una visión de la clase de empresa en la cual creen que se debe convertir (1).
En suma una visión puede definirse como una exposición clara que indica hacia dónde se dirige la empresa a largo plazo y en qué se deberá convertir, tomando en cuenta el impacto de las nuevas tecnologías, de las necesidades y expectativas cambiantes de los clientes, de la aparición de nuevas condiciones del mercado, etc., es un proceso intelectual mediante el cual un actor determinado, en su carácter de sujeto protagonista de actividades estratégicas, formula o representa un futuro posible. Metafóricamente, la visión estratégica es una suerte de proyección del presente hacia el futuro o una reflexión del futuro en el presente.
La visión estratégica tiene como finalidad describir supuestos escenarios estratégicos futuros, en correspondencia con los intereses y objetivos de la empresa, con el propósito de obtener elementos de juicio para determinar las previsiones necesarias para alcanzarlos mediante el resguardo de su libertad de acción.
En término generales, la visión estratégica se elabora mediante el diseño de escenarios hipotéticos basados en la proyección de tendencias predominantes en la situación contextual del actor o utilizando otras técnicas subsidiarias.
En la mayoría de las organizaciones los valores que se toman como válidos, como culturalmente aceptados son los que las personas de la dirección determinan para la empresa, particularmente en las empresas en las cuales los puestos de alta dirección están en manos de personas de edad avanzada o con mucho tiempo en la organización.
Los valores juegan así un papel importante en la determinación de la estrategia corporativa, por lo cual el modelo tradicional choca con las tendencias modernas, obligando a que las instituciones generen mecanismos de actualización y de reconocimiento en la construcción de sus principios básicos de la opinión y participación de todos sus miembros. En la construcción de los lineamientos estratégicos y por lo tanto de los valores, se generan procesos de aprendizaje básico organizacional.
En estas instituciones que aprenden es esencial tener en cuenta cuál es la misión y la visión por la que se trabaja, y tener presente que la tarea que cada uno realiza es importante para el desarrollo de dicha organización, basándonos en la cultura empresarial. Se debe trabajar objetiva y colectivamente para consolidarse de acuerdo a la estrategia propuesta, no importa en qué mercado se encuentre, la meta es lograr estándares de calidad y de servicio que mantengan atractiva a la compañía y generen gestión basada en la creatividad, los aportes de innovación y la aplicación adecuada de conocimientos en virtud de los cambios del mercado y de la satisfacción de los consumidores. Por lo tanto no resulta aventurado decir que uno de los valores culturales más deseados por las compañías actuales es el colectivismo que facilita los procesos de gestión organizacional en torno al desarrollo de una cultura de la productividad.
Retomando el eje central del artículo se puede decir que los valores en la organización tienen las siguientes características:
En este orden de ideas, el modelo moderno de administración basado en el aprendizaje y la comunicación, reafirma el concepto sobre el cual se viene girando en los párrafos anteriores: los valores son el nuevo centro de la administración, es decir, el modelo a seguir es la “Administración por Valores”.
En suma una visión puede definirse como una exposición clara que indica hacia dónde se dirige la empresa a largo plazo y en qué se deberá convertir, tomando en cuenta el impacto de las nuevas tecnologías, de las necesidades y expectativas cambiantes de los clientes, de la aparición de nuevas condiciones del mercado, etc., es un proceso intelectual mediante el cual un actor determinado, en su carácter de sujeto protagonista de actividades estratégicas, formula o representa un futuro posible. Metafóricamente, la visión estratégica es una suerte de proyección del presente hacia el futuro o una reflexión del futuro en el presente.
La visión estratégica tiene como finalidad describir supuestos escenarios estratégicos futuros, en correspondencia con los intereses y objetivos de la empresa, con el propósito de obtener elementos de juicio para determinar las previsiones necesarias para alcanzarlos mediante el resguardo de su libertad de acción.
En término generales, la visión estratégica se elabora mediante el diseño de escenarios hipotéticos basados en la proyección de tendencias predominantes en la situación contextual del actor o utilizando otras técnicas subsidiarias.
Características de la Visión.
- Integradora, debe reflejar las expectativas de todos los integrantes de la organización. Requiere la acción de liderazgo y permanente apoyo de toda la organización.
- Amplia, debe ser extensa en función del campo de visualización del futuro (largo plazo).
- Realizable, debe ser una aspiración posible y medible. No puede ser un sueño inútil e incalculable. Debe ser un esfuerzo de equipo basado en la experiencia y conocimiento del quehacer organizacional.
- Activa, debe incluir y promover la acción. No debe ser lírica.
- Realista, debe sustentarse en el manejo de la información fidedigna y tener en cuenta el entorno, la tecnología, cultura organizacional, recursos y competencia.
- Alentadora, debe ser positiva, incentivadora, inspiradora, impulsadora y motivadora hacia la acción, dirección y éxito institucional.
- Dimensión en el Tiempo, debe formularse definiendo explícitamente el horizonte de tiempo que alcanza la visualización.
- Consistente, debe ser coherente con los principios organizacionales y sus reales posibilidades.
- Difundida, debe ser conocida y comprendida por todos los integrantes de la organización; así como por su público externo y grupos de referencia.
- Flexible, debe estar dispuesta a enfrentar retos y ser posible de ajustarse a las exigencias y dinámica del cambio.
- Lenguaje Sencillo, debe redactarse en un lenguaje sencillo, ennoblecedor, gráfico y metafórico.
- Responsabilidad, debe ser formulado por los líderes, proyectando los sueños, esperanzas e incorporando valores e intereses comunes de todos lo miembros de la organización.
Valores
En la mayoría de las organizaciones los valores que se toman como válidos, como culturalmente aceptados son los que las personas de la dirección determinan para la empresa, particularmente en las empresas en las cuales los puestos de alta dirección están en manos de personas de edad avanzada o con mucho tiempo en la organización.
Los valores juegan así un papel importante en la determinación de la estrategia corporativa, por lo cual el modelo tradicional choca con las tendencias modernas, obligando a que las instituciones generen mecanismos de actualización y de reconocimiento en la construcción de sus principios básicos de la opinión y participación de todos sus miembros. En la construcción de los lineamientos estratégicos y por lo tanto de los valores, se generan procesos de aprendizaje básico organizacional.
En estas instituciones que aprenden es esencial tener en cuenta cuál es la misión y la visión por la que se trabaja, y tener presente que la tarea que cada uno realiza es importante para el desarrollo de dicha organización, basándonos en la cultura empresarial. Se debe trabajar objetiva y colectivamente para consolidarse de acuerdo a la estrategia propuesta, no importa en qué mercado se encuentre, la meta es lograr estándares de calidad y de servicio que mantengan atractiva a la compañía y generen gestión basada en la creatividad, los aportes de innovación y la aplicación adecuada de conocimientos en virtud de los cambios del mercado y de la satisfacción de los consumidores. Por lo tanto no resulta aventurado decir que uno de los valores culturales más deseados por las compañías actuales es el colectivismo que facilita los procesos de gestión organizacional en torno al desarrollo de una cultura de la productividad.
Retomando el eje central del artículo se puede decir que los valores en la organización tienen las siguientes características:
- Los valores sirven de guía para todos los planes, decisiones y actuaciones.
- Los valores son el presente y el futuro.
- Los valores se viven.
- Los valores sustentan el esfuerzo.
- Los valores se hacen realidad únicamente cuando uno lo refleja en su manera de actuar y en la manera que exija que los demás actúen.
- Los valores definen el campo de juego, las reglas de juego de los pensamientos, los sentimientos, las necesidades y los sueños.
En este orden de ideas, el modelo moderno de administración basado en el aprendizaje y la comunicación, reafirma el concepto sobre el cual se viene girando en los párrafos anteriores: los valores son el nuevo centro de la administración, es decir, el modelo a seguir es la “Administración por Valores”.
Principios claves de la administración por valores
- Hacer claridad, es asumir que los valores son el verdadero jefe, no en lo que tiene que ver con el poder, sino en la manera como el poder debe ser utilizado para el logro de los fines organizacionales.
- Comunicar eficientemente: sólo a través de una verdadera comunicación se logra el objetivo de integrar los valores de la compañía a la vida de sus integrantes, es tener un estilo de vida a partir de la enunciación, comunicación e integración de los mismos.
- Alinear las prácticas: Son las personas quienes realizan los cambios, son quienes activan los procesos y transforman la comunicación, por lo tanto la administración por valores es la manera como los objetivos empresariales se reflejan en los comportamientos y realizaciones de las personas que la conforman. No hay cambio si este no se evidencia en las actuaciones de la gente.
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